domingo, 20 de julio de 2008

¿EN BUSCA DE LA FELICIDAD?

Viajaba yo por el jardín de los sueños, tratando de rescatar ese anhelo tan esquivo y perdido, cada paso que daba, sentía que me alejaba de la tierra, pero a la vez me acercaba al oasis añorado por tanto tiempo. Me di cuenta que es el lugar más hermoso que pueda existir, en él se descubre la esencia del mundo y del ser, todo brilla con los más diversos colores, los cuáles entran vertical al alma, haciendo que ésta, cada vez sea más pura.

Aquí no hay noche, sólo existen las mañanas y las tardes… las mañanas son las más hermosas ya que están adornadas de esperanzas, me hace entonces sentirme viva, más que nunca. Y las tardes son armoniosas ayudan a pensar, a meditar y están llenas de energía.

Un árbol de hojas perennes me ayudó a mitigar el cansancio y el calor que reinaba en ese lugar, me senté a sus pies y de súbito mis ojos se cerraron, no supe de mi cuerpo, flotaba como nube perdida en los picos de los Andes, sentía la sensación de levitar, consciente de que allí estaba yo, movida por un solo propósito, encontrar la felicidad.

Felicidad… palabra bella, armoniosa e ideal, ¡pero quién es realmente feliz! Acaso el que está en paz consigo mismo, o aquel que tiene fe, quizás el que encontró el amor, no lo sé, por eso estoy aquí, en este lugar de sueños perdidos, tal vez la encuentre, esa que me corresponde, esa que es mía o la que me han designado.

Despierto y una suave brisa me acaricia, ya es hora de seguir el camino, pero ya no estoy en el jardín de sueños, sólo sé que quiero seguir, no detenerme y avanzar. La luz del día se esconde entre las olas y la capa oscura y tenue de la noche envuelve mi silencio y mi espera.

20 Julio 2008