sábado, 16 de febrero de 2008

A una niña triste


Mi flor de Almendro

En las oscuras vestimentas
mi niña se esta enredando
no sé que le está pasando ,
pero de negro se a vestido
es el color que ella a elegido.
ojos negros, uñas negras,
y no puedo yo evitarlo,
es su estilo y no me agrada
me decía ayer Martina,
con sus ojos ya cansados.
Que decirle yo a una madre,
que entre sollozos pedía auxilio
ya tres cortes en sus brazos
esa niña en piernas también lucía.
En que he fallado ella decía
no comprendo que agonía
quiero que mi flor no se marchite
quiero que vuelva a ser mi niña.


Te fuiste quedando en mí, lluvia fresca en mi cabeza,
como dulce de menta y aromas de hierba.
Y te fuiste quedando, sin saber como y cuando
me fuiste despertando, del sueño y la tormenta.

Te fuiste quedando en mí, vertiente que sacia la sed,
como rayo que ilumina y disipa la neblina.
Y te fui queriendo a diario, sin horario, sin premeditarlo,
como sol entibiaste mi corazón, congelado y abatido,
era mi destino afortunado, encontrarte en el camino.