lunes, 23 de agosto de 2010

A VECES LA MUSA ENMUDECE

A veces la musa enmudece, y como nada tiene que decir,
se convierte en lágrima hambrienta, cómo saber que es cierto,
cómo comprender lo incomprensible.
Quisiera ser barco en mar abierto que el soplo del viento me
llevara, tal vez ser golondrina de invierno esperando los copos
de nieve o la escarcha en los árboles que me cobijen.

A veces la musa se calla, y no hay nada que pueda pintar,
los colores vivos se opacan, y esa flor en la lona no calca,
cómo saber si él no es fantasma, cómo saber que esa dulce
entrega es inequívoca.
Quisiera ser una pintura de Miguel Ángel, que pintara unas alas
para surcar los picos más altos, donde la paz se mezclara con
el silencio de una voz.

A veces la musa no habla, no desea hablar, no quiere entregar
la lava volcánica que quiere explotar desde lo profundo de
un cuerpo casi inerte y sin razones.
Quisiera, ¡Oh! Cómo quisiera salir de la tormenta impuesta,
y ser consciente que nada es eterno en este mundo que piso,
que me quedará la esperanza que allá todo será distinto.

domingo, 22 de agosto de 2010

SEÑOR

Señor te he reclamado con mi falta de fe,
te he clavado a la cruz con mis reclamos,
he sentido la desesperanza y vuelvo crucificarte,
aún así tú me perdonas una y otra vez.

A veces mi enojo es un golpe en tu pecho,
y siento que ya no estás que me castigas
aún sabiendo que tu no sancionas a tus hijos,
quiero creer que tus designios son por algo.

Sé que no me abandonas, has puesto seres únicos
en mi camino, pero las fuerzas que te pido
muchas veces flaquean.

jueves, 5 de agosto de 2010

TE LO DIRÉ

Los recuerdos se hacen latentes en los todos los rincones,
la textura de terciopelo aún se siente entre mis dedos,
y los sabores en mi boca, marcan y se fusionan.
Hoy recuerdo tus cartas y los miles de corazones
que graficados en el pupitre con el tiempo se desdibujan.

¡Dónde estarás hoy!, que a mi memoria vienes,
distante estás, y mi nostalgia se mezcla con el dulce
recuerdo, niñez, inocencia, tú dolor y mil te quiero
en los pasillos húmedos llenos de colores y bosquejos.

¡Hoy te recuerdo! Y ni siquiera te palpo como
nombre o como número, como eco o como lámpara
que ilumine un momento de paz y presente efímero.

Pero si un día, en algún lugar bañado de esperanzas,
te encuentro… sabrás que también fuiste importante,
que estuviste presente durante mucho tiempo
hasta hoy que son mis años otoñales, decrepitando ya
con los recuerdos que fueron significativos, entonces
no habrá excusas para que sepas y te aseguro…
te lo diré.

JANETT
01 AGOSTO 2010

A ÉL




El tiempo ha transcurrido inexorablemente y le he sentido tan cerca, como el susurro del mar en noches de verano, como si el silencio de una noche me hiciera escuchar nítidamente el canto de grillos en el estero cercano o el vuelo de las aves nocturnas o el murmullo de olas en las rocas, le he sentido tan cerca de mi alma y el palpitar se une a mis sentidos alucinantes.

El tiempo ha sido la unión de que algún día los otoños se conviertan en primaveras perennes, aunque esa alianza sea un relámpago o una fugaz sonrisa que se quede plasmada en alguna estrella.

Le he amado como nunca amé a nadie, con claridad y transparencia, sin el apuro de tenerle, sin pedir, sin esperar, sin siquiera tener una esperanza,
sólo amarle por lo que es, por lo que ha sido, porque no hay falacia en sus palabras y en sus ojos, porque la tempestad es una pequeña llovizna cuando le siento, porque las tinieblas se convierten en nubes blancas cuando le pienso en mis silencios o es nítida melodía a mis sentidos cuando siento que me besa.

El tiempo dirá si le encuentro en el rincón azul de mi universo, o quizás sea para siempre la verdad de un corazón abierto.