Asigna con su sabiduría la vida,
la necesidad de una mínima reserva
a la cual acudir cuando todo
parece desmoronarse.
Y en un punto tan amado
se conservan los anhelos y los sueños;
son los suministros imprescindibles,
que nos abastecerán de alimento
preciso cuando sea necesario.
Es un arca imaginaria, pero adorable,
que es el mismísimo oro en casos
de hambruna del alma.
