NO IMPORTA
Que la luz pierda el lumen de tu voz en la distancia,
y mis percepciones sean solo un eco que se difunde
y confunde entre el silencio de tu amor y mi soledad.
Si mi espíritu desfallece y no logra salvar mis lágrimas
llenas de inmensidad por tus circunstancias y mis penas.
No importa. No importa dulce armonía que cristales
amargos se desplacen por las orogenias de mi rostro
toda vez que acudes a mis pensamientos y dubitaciones.
Nada importa si al final te llevo conmigo en mi corazón...
... para siempre jamás. El amor es así de purísimo,
acrisolado y limpio cuando es el camino que conduce
hasta... Dios.
Franklin
miércoles, 20 de marzo de 2013
domingo, 10 de febrero de 2013
LAS FLORES DE JANETT... Agustín Delgado Santana
LAS FLORES DE JANETT...
De Agustín Delgado Santana
Cruza, gozoso, los Andes, el dorado sol del Inca
para alumbrar con sus rayos, de manera taxativa,
tu jardín, donde florecen: una rosa sugestiva,
una argentina magnolia y una violácea vinca.
Ese terceto de flores que orla tu hermosa finca;
que da color a tu vida; que tu cariño incentiva;
que con su hermosa presencia mantiene tu llama viva,
lo forman tu madre e hijas –el ramo que más te “tinca”.
Cuídalo con gran esmero porque ese ramo condensa:
tus ancestros, tus simientes, tu esperanza, tu alegría...
Si el azaroso destino llenó de amor tu despensa
con tan dulce privilegio, con tan bella regalía,
deberás darle las gracias por tan vasta recompensa,
pues, Janett, con tu familia te tocó la lotería.
çççççççççççççççççççççççççççççççççççç
Gracias amigo por este poema dedicado
De Agustín Delgado Santana
Cruza, gozoso, los Andes, el dorado sol del Inca
para alumbrar con sus rayos, de manera taxativa,
tu jardín, donde florecen: una rosa sugestiva,
una argentina magnolia y una violácea vinca.
Ese terceto de flores que orla tu hermosa finca;
que da color a tu vida; que tu cariño incentiva;
que con su hermosa presencia mantiene tu llama viva,
lo forman tu madre e hijas –el ramo que más te “tinca”.
Cuídalo con gran esmero porque ese ramo condensa:
tus ancestros, tus simientes, tu esperanza, tu alegría...
Si el azaroso destino llenó de amor tu despensa
con tan dulce privilegio, con tan bella regalía,
deberás darle las gracias por tan vasta recompensa,
pues, Janett, con tu familia te tocó la lotería.
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Gracias amigo por este poema dedicado
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