
Oda al mar, camarada
El mar
voz que de las profundidades
se vuelve eco en las caracolas,
que sale de sí mismo
tocando mi cuerpo frío.
Y dice que me ama
sí, lo dice
al acariciar con su espuma
estos pies descalzos
cansados y ásperos
de amargura.
Es que no puedes
estar inmóvil
y dices que sí en cada instante,
vientre azul profundo,
canto en las rocas
y marca de espuma blanca.
¡Oh mar!, Que enamoras,
camarada de mis lágrimas,
cómplice de mis silencios,
alucinación y sosiego
a mis ojos y al alma yerta.
¡Golpea¡
grita y despiértame
como a las gaviotas
alimentas,
verde azuloso deja
que vea tu bravura
o llévame contigo
a los abismos
de corales y algas vivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario