Caudal de amor
De tus manos la delicia,
amado mío recibí,
el arco iris de sensaciones
noche de entrega y frenesí,
nuestro arrebato fue cisterna,
donde se guardó el agua bendita,
para nutrir los prados,
vestir de flores altruistas.
Yo no sé si es la brisa,
o el frío absurdo de la hoguera,
que me llena de tu esencia,
y del caudal de tus caricias.
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