lunes, 31 de agosto de 2009

ESCUCHO EL LLAMADO

El llamado se siente desde las alturas,
de allí mismo de las cumbres cuzqueñas,
donde los Incas dejaron legado y magia,
desde allí el eco raudo me alcanza.


Me despierta la voz de antepasados,
que se mimetiza con su eco enamorado,
el río Urubamba de su canto me llena,
el Huayna Picchu sonríe y me embelesa.


La quietud de los montes y al llamado acudo,
la noche estrellada, la paz alcanzada,
van presagiando la magia de ancestros,
en tierra de Incas van ahora los sueños.

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