lunes, 27 de abril de 2009
PENSAMIENTO 50
Sensatez, que hermosa palabra, pero un día se fue por la ventana, el limón hacía
arrugar como oruga y el vinagre cerraba los ojos a la mañana.
Prudencia, me caracterizaba, pero me enredé en la misma enredadera y luego rodé
por las escaleras de la inconciencia.
Sabiduría, eso me faltó para saltar la valla, y ¡Vaya! Que me hizo falta.
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