domingo, 26 de abril de 2009
Y NADA PUEDO HACER
Te miro y el soplo de vida se escapa, te apagas poco a poco, tú que eras mi luz, mi estrella, ventanal que respiraba olas y viento marino. El brillo en tus ojos que eran
como espejos en los cuales me veía.
Y nada puedo hacer, tan sólo esperar, ¡Qué importa lo efímero, lo fugaz, lo cardinal!
¡Qué importa lo absurdo, lo superficial, lo intrascendente!
Ahora importas tú y mi corazón se quiebra, se despedaza y nada puedo hacer.
Y nada puedo hacer.
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