Decir amigo es un don divino, decir amigo no es por costumbre, es la palabra que se dice con sentimiento a ese ser que nos conoce, es el que sabe nuestras falencias, y sabe de nuestras impresiones más profundas y secretas.
Decir amigo no es llegar y tirar la palabra al viento, no es escribirla por moda o porque suene lindo, se dice amigo a quien comparte cada día tus logros, tristezas, alegría y pasiones.
No necesitamos de gente que nos ensalce cada día, necesitamos del hombro en caso de emergencias, para reír tendremos siempre un eco en la colina,
pero para llorar no siempre el pedestal que nos sostenga.
Por ello yo digo amigo a quién sé que me conoce, que sé que un día si me equivoco él me perdone, que sé… acepta mis debilidades y entiende… que nos soy perfecta y tendré mi caídas más seguidas que de subida.
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