sábado, 13 de junio de 2009

SIN ROSTRO, SIN VOZ





Sin rostro, sin voz, solamente letras sueltas que embrujaban,
así era mi aurora que alumbró mis rincones y lugares,
sutiles rayos de luna que en el comedor se situaban,
me viene la nostalgia de ese calor… destellos lunares.

Sin rostro el encantamiento que en mis sentidos se quedaba,
venía sin verle, crepúsculo de mis años, cansada;
sin voz... era sortilegio que en mí, ese esplendor despertaba
y es hoy que su rostro se refleja en la fuente inmaculada.

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