De que le sirve amarle,
si jamás podrá ser suyo,
sólo es un conjuro brujo,
sólo un capricho destino.
De que le sirve escribirle,
si no lee lo que dice,
es un geoglifo en el desierto,
y el tiempo desvaneciendo.
De que le sirve quererle,
si su voz no le llega,
sus brazos no le alcanzan,
y su boca no le besa.
De que le sirve el poema,
si de nada ya le ayuda,
ni siquiera una palabra,
o un te quiero que de él salga.
JANETT
ENERO 7
2010
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