miércoles, 24 de febrero de 2010

MANO AMIGA

Cuando en la vía el remolino se vuelve loco,
ahí está tu mano siempre sosteniéndome;
los verdugos hacen de mi sendero un síndrome
vertiginoso de desviaciones y gotas de sudor
corren y se mezclan con lágrimas de desesperanza.
Pero ahí estás tú, para secarlas o con un simple
gesto y palabra, renuevas en mí el deseo de
continuar.
¡Cómo agradecerte!, Si nada tengo, sólo
mi dolor, mis ganas de seguir sí, mis deseos
de triunfar sí, mis imperfecciones sí,
mis equivocaciones sí.
En algún momento del camino, como ave fénix
tal vez renazca y vuelva a tomar las riendas
de la ansiada felicidad que todos buscamos.
Por mientras me tomo de tu mano amiga,
me dejo arrullar por tu cariño sincero,
y duermo con la ilusión de que mañana
todo cambiará y con la convicción que
nunca tú me abandonarás.


JANETT
19 DE ENERO 2010

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