Eres nítido como escarcha que se acuna
en los cristales del ventanal.
Te veo con ojos de corazón adormecido
y diáfanas auroras me alimentan.
Tus ojos dos magnolios en flor…
que al mirarme me llenan de frescor
y tu magnetismo atrapa hasta el gorrión.
¡Cómo no atraparme a mí!
Que soy esponja de tu amor.
Eres mi alborada y me redención,
abres tus alas y contigo estoy,
porque soy de ti y no soy de mí,
en el instante que me dices… amor,
porque tu calor viaja con el viento sur
y cruza las montañas con sutil fervor.
¡Cómo no amarte a ti!
Si me dibujas en el rostro sonrisas de ilusión…
¡Cómo no amarte a ti!
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