“Aquí reportándome a la base”

“Aquí reportándome a la base”, con ese juego travieso e ingenuo,
le conquista cada día y nada de las palabras que diga,
pasan inadvertidas, cada signo es una muestra de estrellas,
cada frase es centinela que protege el camino de pétalos blancos,
y cada oración, se va impregnando en la piel y en la memoria.

“Aquí reportándome a la base”, resuena en los oídos,
como el campanario que dan las siete, los feligreses acuden al llamado,
mientras espera repasando la larga historia que a veces le parece sacada
de novelas medievales, ¡Porqué el sonido es puro! Es tan blanco como
las nieves eternas de picos Andinos.

Nada sospecha de cuan grande es una sola frase, una sola frase,
aquella que llega como celaje, iluminando la mirada, dando golpes
al corazón y estremecerlo.