LO BUENO DE ESTAR ENFERMA

LO BUENO DE ESTAR ENFERMA

El resfrío me tiene más enferma que el mismo mal, en palabra chilena, me tiene ¡chata!, malhumorada, disfónica, felices en mi casa por esta disfonía, siento mis oídos retumbar, y por las noches despierto tosiendo y de carreritas al baño, en una palabra este estado es una “mierda”, apesto a mentol, me hago vahos de eucaliptus y los pañuelos desechables los compro por kilos.
Lo único bueno de este resfrío, estado patético, que me recuerda que tengo 45 años, que voy doblando tierra derecha a la mitad de mi existencia, ¿mitad?, que mitad ni que ocho cuartos, si es que llego a los 60 será suerte. Decía... lo único bueno de todo ésto... que aprendí a conocer las farmacias, lugar que me apestaba, ese olor nauseabundo a medicamentos que me recordaban o al dentista o a un hospital deprimente. Me he convertido en una asidua visitante de estas nuevas farmacias, una en cada esquina de Santiago, si han proliferado como cardenales en primavera. Vi trineo como en el mall, hasta me he convertido en consumista, cremas, perfumes, espumas de baño antiestrés, leo las revistas, lo bueno que ya no necesito comprarlas jajajaja, me lleno de fragancias, los típicos envases de prueba, de verdad ya las farmacias no tienen ese olor penetrante de antes, de paso me compro una botella de agua mineral, trato de elegir una, entre tanta marca me pierdo, pensar que hace poco mas de un año para mi existía el agua cachantun y vital.
La verdad las farmacias hoy, son indispensables, claro con medio Santiago con gripe, tosiendo y sonándose en invierno.
Resumiendo después de todo no es tan malo estar resfriada, al fin y al cabo, tengo excusa para ir de shopping a la farmacia de Bilbao, y no aguantar los remedios caseros, como comerme un kilo de miel para aclarar la voz, o ponerme en el pecho periódico con mentholatum.


Janett- 06-07-2006