PERMÍTEME

¿Podrás ir donde yo voy?, ¿a las alturas más altas que lleguen al sol?
¡aquí donde me encuentro hoy!.
Si tú pudieras saber lo hermoso que es, entre tus manos tener un rayo
de sol, un susurro de luz, y escuchar una dulce canción.
¡Dime si lo sabes!, ¡dime si estás aquí!;
¿no lo sabes?, ¿no escuchas los lamentos de Antú?
cuando desde lo alto ve sufrir a los ayun;
entonces cierra tus ojos he intenta escuchar a Quetzalcoatl, en el viento.
El susurro encantador de las aguas esmeralda,
que en su corriente nos trae el canto de Afrodita
y retiene en tu mente el murmullo, de árboles danzando.
Siente la inquietud de saborear la paz, en las más altas cumbres.
Y deja que llore tu alma, al saber de las penurias de un niño descalzo
que baja por la montaña.
Que no se detengan tus lágrimas, cuando tus ojos se inunden de una
Aurora Astral o del nacimiento de una cascada que Antú hace brotar.
Mira hacía lo alto, describe la magnitud, detente un segundo, ante la presencia Divina.
Pero no te detengas nunca de observar, llénate de la vida y de admirar
la belleza pura.
Después de todo esto, sólo después que lo experimentes, desde donde
hoy me encuentro…
Permíteme escribirte una poesía.

Janett, 03 Junio 2007